de fino talle y delgada,
que suspira delicada
como un pétalo de rosa.
Su mirada es peligrosa
y aunque perdió la alegría
tiene un fuego todavía
que sin quemar desespera.
Una llama que me altera
y que siempre será mía.
Por José Luis Guillén Lanzas.
En Cuevas Bajas, a 14 Septiembre 2014.
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