Ella que no me quiso, quiere ahora
y se muestra sumisa y recatada.
Yo sé que nunca ha estado enamorada,
sin embargo me gusta y me enamora.
Tendré que aprovechar si no me ignora
y dominar la fuerza desatada
de una mujer furiosa y despreciada
que se olvida de su calculadora.
Con más de metro ochenta y ciento veinte
le diré con orgullo que la quiero
para ver si se altera y me consiente.
Puedo ser educado y caballero
o un animal salvaje e insolente
que ama la libertad y está soltero.
José Luis Guillén Lanzas, 2020-06-25
www.joseluisguillenlanzas.com
www.safecreative.org/work/2006254535358