Al ver con los cubiertos en la mano,
un entrecot al punto de ternera;
que estaba tan jugoso, de primera,
cometí el pecado más humano.
Una explosión de gula en el verano,
de noche, en una playa con solera;
que me comí la carne toda entera
en mitad del ambiente más pagano.
Tras darme el atracón y de hipo un brote
al contemplar de frente a la morena
que lucía bondades con escote.
Se refleja en el mar la luna llena
y en su vestido rojo don Quijote
clavó su lanza y la llenó de arena.
José Luis Guillén Lanzas, 2021-08-17
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https://www.safecreative.org/work/2108178780002-717-el-entrecot-y-la-gula-docx
