891. EL ESPEJO
El techo tiene un círculo de espejo
y no es menos redondo que la cama;
que no funciona el aire y hace flama,
el jacuzzi tampoco y no me quejo.
Qué gordo y qué penoso es mi reflejo
allí tumbado mientras me la mama
y su saliva sola se derrama
sobre mis huevos, sobre su pellejo.
Tan a gusto entra y sale este poeta,
golpean mis cojones su trasero,
mientras muerdo el pezón de cada teta
y a veces me confundo de agujero.
Me marché abrochando mi bragueta
con mi porte de noble caballero.
José Luis Guillén Lanzas, 2022-07-05
joseluisguillenlanzas.com
https://www.safecreative.org/work/2207051522927-891-el-espejo_220705_125422-docx