196. A UN ÁLAMO DEL RÍO
Esta tarde he hollado tu sendero
pisando con mi paso la vereda.
Quizás mañana puede que suceda
y vuelva a caminar si me acelero.
La Soledad me muestra algún lucero
en las noches de luna llena y queda
iluminado el río y la arboleda
con el fuego de abril tan puñetero.
Allí en la carretera está podrido
un álamo que habita tras el puente
y yace inerme por la edad vencido.
Sus hojas se las lleva la corriente,
sus ramas en la hoguera que han ardido
y sus frutos jamás darán simiente.
José Luis Guillén Lanzas, 27 Abril 2017.
www.safecreative.org/work/1704271913203