CALIENTE COMO UN VOLCÁN
Como la lava de un volcán caliente,
salvaje como un río voluptuosa;
morena, seductora y poderosa,
llamarada de fuego incandescente.
Mujer tan encendida y sugerente,
desnuda y bronceada tan fogosa;
plenitud de la selva más hermosa,
como una ola de mar sobresaliente.
Qué forma de sudar en movimiento,
de chocar piel con piel con alternancia,
de disfrutar a gusto del momento.
No he de perder por tanto la elegancia,
que si era su trasero de cemento,
lo supera su escote en abundancia.[1]
[1]José Luis Guillén Lanzas, 21 Abril 2014.
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