Son sus piernas tan sexis, tan cruzadas,
las más bonitas que jamás he visto.
Territorio al que nunca me resisto,
suaves, blanquísimas y depiladas.
Esas piernas se llevan las miradas,
y estoy por esas piernas ya que embisto.
Por eso con mis versos la conquisto,
que me encantan sus piernas delicadas.
De Slayer es la música que suena,
y sus muslos desnudos por ahora,
como el rayo aparecen cuando truena.
Cada vez que la veo, encantadora,
esa preciosa joven de Gilena
conmigo brinda con licor de mora.
José Luis Guillén Lanzas, 2021-01-11
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