Quiero medir el tiempo que he pasado
mirándote a los ojos, porque estaba
dibujando el reflejo que jugaba
en ellos, al tenerte justo al lado.
Quisiera no olvidarte y he pensado
en ti. Y una vez más se me escapaba
en sueños la ilusión que yo buscaba
en vano al ignorar si me has mirado.
Quizás, hayas domado algunas fieras.
Quizás, hayas besado a mis rivales.
Quizás, hayas pedido al olmo peras.
Más allá de los árboles frutales,
tras los valles, montañas y praderas,
se encuentra la ciudad de los mortales.
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