Nadie me escucha ahora demasiado,
ahora nadie aprueba mi propuesta;
digamos que la prueba está dispuesta,
incluso sin demora la he dictado.
Espera y corrobora el resultado,
murmura y la reprueba sin respuesta;
exige y la comprueba y la contesta,
expone y acalora disgustado.
Suele el enamorado cuando exclama
cada letra compuesta sin secreto
usurpar alterado alguna dama.
Con la suma y la resta por decreto
humano y sin pecado se proclama
autor que se indigesta ante el soneto.
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