57. LA HAMBURGUESA


LA HAMBURGUESA


Ya no sé si la tengo mustia o tiesa
desde que no me veo los cojones
que mi talla aumentó de pantalones
después de levantarme de la mesa.

Tras cenar un pedazo de hamburguesa
de grandes, colosales proporciones,
que me producirá retortijones
pues al cagar será la mierda gruesa.

Si consigo bajarme los greguescos
y sentarme tan cómodo en el trono
dos pedos pegaré tan gigantescos.

Que mis mojinos sirvan como abono

acompañados por un par de cuescos
que sin pudor su hedor aquí os endono.[1]

[1]José Luis Guillén Lanzas, 13 Junio 2015.

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5ª Antología (Uruguay)