Al contemplar sus muslos infinitos,
la voluptuosidad de su figura;
que su blusa se anuda a su cintura
y sus shorts van marcando los delitos.
Esos ojos rasgados y bonitos,
esa mirada de pasión oscura,
esa boca de gruesa comisura
y esos labios sabrosos y exquisitos.
Granada con sus bellos monumentos,
con sus escasas veinte primaveras,
su manera de andar y movimientos.
Granada con sus formas pasajeras,
llena de juventud y sentimientos,
solamente pretende que la quieras.
José Luis Guillén Lanzas, 2020-08-14
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