Es tan fácil hacer un buen soneto,
después de que tus ojos glaucos nena
me miren en el Louvre de Lucena
descubriendo su verde por completo.
Eres preciosa y no es ningún secreto
tampoco que me gustas tan morena
porque sé que se esparce tu melena
con la más pura libertad y asueto.
Me marché sin probar la comisura
de tus labios de rojos infinita
que dibuja carmín y donosura.
Desnudos tus zarcillos de perlita,
ajustado el vestido a tu figura,
jamás he visto joven más bonita.
José Luis Guillén Lanzas, 2020-08-16
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