En su décimo octava primavera
ella que de lejos me divisa
de pronto le dedica una sonrisa
a mi crápula y vieja calavera.
En el Pub los ochenta de Antequera
me vio bailar con otra de tal guisa
que su mirada se volvió indecisa
llena de ira y de celos por la esp era.
Veterano y canalla ni la miro,
y ella encolerizada me desea,
mientras con un bostezo me retiro.
Cuando pase esta luna y la marea
con el vaivén del último suspiro
sabrá esta joven como se torea.
José Luis Guillén Lanzas, 7 Enero 2016
Incluido en:

Incluido en: