Calcé mis botas de tacón cubano,
de ala ancha y polvoriento mi sombrero,
deshilachado el pantalón vaquero,
cabalgo en mi caballo jerezano.
Tomando ron, fumándome un habano,
con mi vieja camisa de rockero,
y mi gastado pantalón de cuero,
desenfundo el revólver a una mano.
Los buitres me rodean impacientes,
el escorpión me acecha tras las dunas,
camino entre la arena y las serpientes.
Sin beber he pasado ya dos lunas,
los coyotes me esperan con sus dientes,
y las ratas me comen en ayunas.
José Luis Guillén Lanzas, 3 Noviembre 2015.
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