Posando está la raspa con el vino
de una bacaladilla tan devota;
también llamada en Málaga pijota
que se cruzó esta tarde en mi camino.
En la barra se expone del casino
descarnada y trémula denota
que deliciosa estaba pues con nota
la engullo sibarita y sibilino.
Quedando la aludida en esqueleto
que solo de la cola está la punta
con menos de tres gramos. Peso neto.
Inmolada en mi estómago se junta
esta fritura sin ningún secreto
con la mierda que cago tan difunta.
José Luis Guillén Lanzas, 2 Marzo 2016
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