LA CUERDA
Ahora que lo pienso lentamente,
Berenice era solo un monedero,
que jamás presumía de dinero
y es lo único que tiene de indecente.
Cuando mi juventud era insolente,
cuando yo parecía un caballero:
alto, joven, guapísimo y soltero,
ella no se mostraba indiferente.
Ahora que ya nadie la soporta,
acaso casi nadie la recuerda,
quizás a poca gente ya le importa.
Ella tiró tan fuerte de la cuerda
que cuando se rompió quedó absorta
y tuvo que probar su propia mierda.[1]
[1]José Luis Guillén Lanzas, 14 Enero 2012.
333sonetos.wordpress.com
(José Luis 76) abretelibro.com/foro/.../57895