RETRATO DE UN CARA DURA
Al presumir de pobre y delicado
me llevaron por loco y por celoso
al manicomio para estar ocioso
y ser un triste vate enamorado.
El psiquiatra me tiene tan drogado
que mi orgullo peligra con reposo:
obeso, viejo, feo y asqueroso,
al observar las musas empalmado.
Al solaz descansando en mi poltrona
cómo puedo escribir tanta basura
elucubra mi única neurona.
Menos mal que conservo la bravura
aunque mi mente piensa que razona
y todavía se me pone dura.[1]
[1]José Luis Guillén Lanzas, 28 Febrero 2012.
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