AL POETA PEDRO LUIS DE GÁLVEZ
Os contaré esta historia sin prejuicio
de un ser que poco a poco fue indomable,
rabioso como un tigre con su sable,
contumaz y diabólico en el vicio.
Fugaz superviviente sin oficio,
en la vida jamás fue miserable,
tan rebelde, bohemio y venerable,
que cumplió como nadie su servicio.
Al gozar sin pavor de la cerveza
o intentar empeñar su propio gato
gustó de la mujer y su belleza.
A Pedro Luis de Gálvez lo retrato
preso de la traición y la vileza
en la cárcel murió sin alegato.[1]
[1]José Luis Guillén Lanzas, 16 Enero 2012.
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