LA DOMA
Casi siempre el último es el primero
que se olvida de estar enamorado
de unos ojos que apenas se han mirado
se clavan en los míos porque quiero.
Todo lo malo y más de ti me espero
que solo formas parte del pasado,
pretendo verte lejos de mi lado
que no muere de amor ningún soltero.
Cómo pueden calmarse tus picores
si pruebas otra flor y no usas goma
y tu boca descubre mil sabores.
Si no estás contenta con la doma
y sigues dedicada a tus labores
no vuelvas a pensar en mí ni en broma.[1]
[1]José Luis Guillén Lanzas, 19 Febrero 2013.
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En mi libro.
